A pesar de que a finales del año 2017 se registró una recuperación del consumo final de bienes importados, esta tendencia se puede ver frenada ante la persistente volatilidad de la moneda mexicana, que además, se convirtió en la moneda más volátil del mundo desplazando al rand sudafricano. Adicionalmente, de acuerdo a los analistas, la moneda mexicana, junto a la moneda colombiana y la moneda de Malasia, son las más sensibles ante los constantes anuncios de Estados Unidos en el plano comercial. Internamente, las próximas elecciones presidenciales también pueden aumentar la volatilidad del peso.
Dependiendo el producto y su uso (final o intermedio); una depreciación del peso, combinado con otros factores puede afectar el nivel de importaciones de bienes ecuatorianos para el mercado mexicano.
Reportado por: OCE México
Fuente: El Financiero