Los consumidores buscan en la industria alimentaria productos beneficiosos para su salud y bienestar, tanto físico como mental. El exportador de productos ecuatorianos debe prestar atención a las singularidades del consumidor español que en alguna medida refleja el comportamiento del consumidor europeo y debe adaptar su oferta de modo que logre penetrar en un mercado creciente, con perspectivas positivas que resultan en un poder adquisitivo incremental que impulsa la demanda de bienes y servicios, en este caso, de alimentos y bebidas.